Human Remains

Director: Jay Rosenblatt



Mussolini. Hitler. Stalin. Mao. Franco.



Bolado siempre dice que "Nomen est Omen". Lo ha repetido tanto que he terminado por memorizarlo. Al ver este documental y enterarme de que Mussolini fue nombrado Benito en honor a Benito Juárez no pude evitar relacionarlo. A pesar de las evidentes diferencias que existen entre ambos personajes (ya que dudo mucho que Mussolini hubiera concordado con "el respeto al derecho ajeno es la paz"), ambos tuvieron un exacerbado gusto por el poder político. Curiosamente tuve una maestra en preparatoria que me hizo notar que en realidad Benito Juárez podía ser catalogado como dictador.

Hitler con sólo un testículo tenía que demostrarle al mundo que era suficientemente hombresito, sobre todo a pesar de sus problemas sexuales. Después de haber visto El Gran Dictador no puedo pensar en Hitler sin volver a esa película, en la que hacen ver a Hitler como un niño berrinchudo que pataleaba cuando las cosas no salían como él quería. Hitler compitiendo con Mussolini en los tronos. Hitler tratando de controlar a Mussolini, pero se equivocaba al tomarse la vida tan en serio. Hitler era como un niño jugando a la vida y no sabiendo perder. Comentan que Hitler vio la película unas dos o tres veces en su sala de proyección personal, ¿me pregunto si le habrá gustado? ¿si se habrá reído? hay quien dice que sí, yo no lo sé.

Stalin. De los cinco es el que me resulta más antipático y detestable, en realidad no quiero hablar de él.

Mao, el tigre. El que nunca se bañaba. Cosa que me llevó a preguntarle a mi padre si alguien podía pasar toda su vida sin bañarse, respondió que sí, que el baño es más una costumbre que una necesidad. No entiendo como Mao pudo no bañarse en tantos años.

Franco. Hace unos meses leí la autobiografía de Buñuel, en la que retrata su experiencia durante la españa Franquista, terrible. Aunque en realidad Franco afectó mi vida de manera más cercana, pues los padres de mi padre terminaron en México gracias a él, igual que una tía de mi madre. He convivido mucho con españoles que vivieron la guerra y siempre es curioso notar como ninguno de ellos gusta de desperdiciar la comida, supongo que después de tanto tiempo comiendo patatas, yo tampoco desperdiciaría nada.

Me encantó el documental. Es corto, ágil y con mucho sentido del humor. Las imágenes reales, la voz en off recreada que cuenta su historia desde el más allá. Excelente documental.