domingo, 1 de noviembre de 2009

Crónica de un Verano





Chronique d'un été (1961)
Dirige: Edgar Morin y Jean Rouch
Fotografía: Raoul Coutard, Michel Brault, Roger Morilliere y Jean Jacques Tarbes
Sonido: Michel Fano
Productor: Anatole Dauman
Francia, 85 minutos, blanco y negro

Film Still

"Oh, sí; esto fue una de las mejores partes de la experiencia del film. Ubiquémonos en los años 50, cuando las cámaras eran pesadas y estáticas. Yo había ido a un encuentro de cine en California, donde había conocido a Michel Brault, quien mostró el film Les Rasquetteurs. Me pidió que pasara por Montreal; yo acepté la invitación y vi los primeros filmes hechos por los jóvenes cineastas de Quebec. Ellos estaban usando un nuevo tipo de lentes, el gran-angular; también estaban empezando a sacar la cámara del trípode y a “caminar con ella”. Me encantó. Las cámaras eran todavía ruidosas, pero si uno envolvía un abrigo alrededor de ellas algo de ruido se podía evitar. De vuelta a Francia, Morin me habló de la idea del film. Comencé con un muy buen camarógrafo, pero cuando le pedí que “caminara por las calles” el pobre hombre renunció; era demasiado para él. Entonces le dije a Dauman, el productor, que el único que podía hacer lo que necesitábamos era Michel Brault. ¡Qué ofensa para el cine francés! Teníamos que ir a Montreal a buscar a la persona que necesitábamos. Al mismo tiempo hablé con Raoul Coutard, quien era el padre de la cámara Eclair Cammeflese 35 mm, y me contó que había una nueva cámara que me podía interesar. Era un prototipo militar construido para ser usado en un satélite espacial. Era liviana, segura y firme. Desafortunadamente, tenía un chasis para tres minutos de película solamente. Le pedí que construyera un modelo con mayor capacidad, y él dijo que trataría. Es así como empezamos a filmar con una cámara que no existía. Teníamos un contrato con el fabricante, por el cual ellos no se hacían responsables de los problemas que la cámara pudiera ocasionar a la película, pero Coutard aceptó repararla el mismo todas las noches. Después de cada filmación, Edgar y yo se la llevábamos y le decíamos que problemas habíamos encontrado, y qué nuevas propuestas teníamos. La creación de la cámara precedió al film. Me puse muy contento con el resultado. Estaba doblemente feliz, por trabajar con gente tan seria y por ver cómo la cámara nacía. Pero habla un problema con ellos, y especialmente de Morin, quien no se daba cuenta del placer que uno puede llegar a tener en la vida por cosas como éstas."
-Jean Rouch

Morin engaña a Rouch desde un principio al no decirle que la muestra de gente no ha sido seleccionada al azar sino plenamente pensada. Esto evidentemente afecta de manera directa el resultado del documental, sin embargo creo que al final termina funcionando como un propio elemento documental, pues si la idea de Rouch era mantenerse lo más fiel a la realidad posible, esto se logra de mejor manera al comenzar siendo engañado, pues la realidad consiste de engaños también y al final son engaños disfrazados de verdades, y verdades lo que termina conformando la realidad a la que nosotros estamos tan acostumbrados. Así que desde mi punto de vista, este documental, por su mismo concepto de documentar la propia realización del documental, generando una especie de meta-documental, es aún más fiel a la realidad al sufrir uno de los propios desencantos de la misma realidad a la que documenta, que si las cosas hubiesen sucedido de manera azarosa, como en un principio se tenía planeado.

El documental me parece grande, a pesar de que entiendo que la idea principal del mismo no fue del todo lograda de manera satisfactoria. Sin embargo creo que fue muy valiente de parte de ambos realizadores, el atreverse a realizar tantos experimentos (tanto en la forma como en el contenido) en un mismo trabajo. Aunque tal vez ese fue el error, el querer abarcar tantos espacios nuevos en un mismo tiempo, pues en realidad no terminan por explotar ninguno de ellos al máximo. Me parece increíble que se logren juntar tantas técnicas tan distintas una de la otra y que de manera paralela existan tantos documentalistas que se rehusan a salir de los conceptos pre-establecidos y ya aceptados.

Creo que Rouch es grande sobre todo por eso, porque tenía una curiosidad desenfrenada que lo impulsaba a estar constantemente en movimiento. A lo que me refiero es a que no es precisamente un documentalista que se siente a contemplar, por el contrario, es un director que está todo el tiempo buscando caminos nuevos que explorar y cuando encuentra algo que le llama la atención se adentra en el tema hasta exprimirle todo el potencial y estar seguro de que ya no hay nada que hacer ahí. En este sentido me recuerda a Marey y a su fusil fotográfico. En realidad Marey no pretendía inventar el cine, tan sólo quería entender el movimiento. Tal vez suceda lo mismo con Rouch en el sentido en que para él era más importante entender a la gente a la socidedad, a las culturas que crear nuevas tendencias del cine documental. Curiosamente ese mismo desinterés aparente en influir en el cinematógrafo fue lo que llevó a ambos a ser parte fundamental de su historia.
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http://www.romansk.ku.dk/bib/hb/spec/marey-bev.gif



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FUENTES:
  • Antropología Visual. Entrevista a Jean Rouch. http://www.antropologiavisual.cl/entrevista_rouch.htm

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